Como parte del resultado de una prueba piloto realizada entre el 15 y 28 de Mayo de 2019, para asegurar la conservación y mantenimiento de los puntos más sensibles de las ruinas de este ancestral destino, las autoridades de Perú decidieron limitar el ingreso de visitantes a tres áreas del Complejo Arqueológico de Machu Picchu:
Estas restricciones fueron establecidas debido a la gran demanda turística y el impacto que esto significa para el destino, propendiendo al uso más sostenible de los principales conjuntos arquitectónicos.
El promedio diario de visitantes a Machu Picchu ronda los 4.000, lo que hace unos años provocó que la Unesco evaluara si incluía a la principal atracción turística de Perú en su lista de patrimonio de la humanidad en riesgo.